Ayer, gracias a mi amiga y compañera María Lorente, quien dinamizaba el evento “Construyendo el derecho de las generaciones futuras”, organizado en Madrid y Barcelona por WEAll Iberia junto a REVO, tuve la fortuna de participar en un espacio profundamente inspirador y lleno de esperanza.
El encuentro puso sobre la mesa la vital importancia de defender los derechos de las generaciones futuras. Las reflexiones compartidas han dejado en mí una huella que siento que me acompañará por mucho tiempo, porque, como se mencionó ayer con tanta claridad: “Esto es solo el inicio.”
Entre las ideas que más me han impactado y que me invitan a reflexionar en profundidad, destaco las siguientes:
Pensar más allá del corto plazo
En un mundo donde las políticas suelen centrarse en ciclos de 4-5 años, se destacó la importancia de evaluar cada decisión en función de su impacto a largo plazo. Neus Casajuana, de REVO Prosperidad Sostenible, expresó con emoción: “Cada vez que tengas que resolver un problema, mira más allá de los próximos cuatro años y piensa en el impacto que tendrá en las generaciones futuras.”
Normativas ambientales y derechos de las futuras generaciones
Con pasión y energía, el abogado ambiental Manuel Castañón (Fundación Generaciones Futuras) nos contó que en España existen más de 11.000 normativas ambientales, pero pocas contemplan explícitamente los derechos de las generaciones venideras. Sin embargo, al menos 14 constituciones en el mundo, como la de Kenia, ya incluyen esta protección, marcando un camino a seguir. ¿Y por qué la mayoría de los países supuestamente más avanzados todavía no lo tienen ni en sus planes?
Ideas innovadoras para garantizar el futuro
La reflexión sobre si deberíamos otorgar personalidad jurídica a las generaciones futuras fue uno de los puntos más inspiradores del encuentro: si reconocemos a la naturaleza y hasta a los robots como sujetos de derechos, ¿por qué no extender ese reconocimiento a las generaciones por venir?
El Banco Mundial de Semillas, situado en Noruega, representa un ejemplo de visión de futuro y compromiso con el bienestar de quienes heredarán este planeta. Este búnker, ubicado en la isla de Spitsbergen, almacena miles de variedades de semillas para proteger la biodiversidad frente a posibles catástrofes globales.
Lecciones de los pueblos indígenas
La filosofía de pensar en el impacto hasta en la séptima generación es un principio fundamental para muchas comunidades indígenas. Esta perspectiva nos invita a actuar con una responsabilidad que trascienda nuestro tiempo, tanto hacia los antepasados como hacia quienes heredarán nuestras acciones. ¿Cómo juzgarían nuestros descendientes las decisiones que tomamos hoy?
La importancia de una visión holística
Sophie Howe, de la Comisión para las Generaciones Futuras en Gales, compartió cómo su gobierno ha logrado integrar esta visión a través de metas claras y estrategias que trascienden los cambios políticos. Esto nos recuerda la importancia de trabajar desde una perspectiva holística y de largo plazo, considerando la interconexión entre áreas como salud, igualdad y medio ambiente.
Reflexión final
Honrar a las generaciones futuras no es solo un deber moral intrínseco. Las decisiones que tomamos hoy tienen el poder de construir puentes hacia un mundo mejor o de dejar cicatrices que perduren por generaciones.
Es hermoso, y al mismo tiempo profundamente desafiante, entender que nuestro futuro está intrínsecamente entrelazado con el de las generaciones por venir. Compartimos un único planeta y, con ello, la responsabilidad de preservar su riqueza y posibilidades para todos y todas.