La energía es el combustible de las reuniones. ¿Alguna vez has notado cómo la energía en una reunión puede afectar la concentración y participación? Cuando la energía es baja, el ambiente se siente pesado, las ideas no fluyen, y el tiempo parece estirarse sin fin.

¿Por qué es importante la energía en las reuniones?
La energía es el “ambiente invisible” que guía:

  • La participación: Las personas son más propensas a compartir ideas cuando el ambiente es positivo y dinámico.
  • La creatividad: Las mentes necesitan un entorno estimulante para conectar puntos y generar soluciones novedosas.
  • La productividad: Reuniones con energía equilibrada tienden a ser más efectivas y centradas.

Pero aquí está la buena noticia: ¡la energía se puede gestionar!

Estos pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia:

  1. Pausas estratégicas:
    Incluye momentos breves de descanso, especialmente en reuniones largas, para que los participantes recarguen energía.
  2. Actividades de conexión:
    Comienza con un check-in inicial: una ronda rápida donde los participantes comparten su estado o expectativa. Esto no solo rompe el hielo, sino que alinea al grupo.
  3. Movimiento físico:
    Introduce dinámicas de estiramiento o respiración profunda. Si es necesario, propón una actividad breve que provoque risas, como un juego rápido.
  4. Gestiona las emociones del grupo:
    • Ajusta el tono y la energía según el propósito de la reunión:
    • Resolución de problemas tácticos: Energía enfocada e intensa.
    • Revisión de desempeño: Clima calmado y objetivo.
    • Estrategias creativas: Un ambiente curioso y optimista.
    • Reuniones motivacionales: Energía alta y positiva.

Tomarse el tiempo para evaluar la energía y la dinámica de las reuniones puede transformar la forma en que colaboramos. Al final del día, no se trata solo de lo que hacemos, sino de cómo lo hacemos juntos.