La energía es el combustible de las reuniones. ¿Alguna vez has notado cómo la energía en una reunión puede afectar la concentración y participación? Cuando la energía es baja, el ambiente se siente pesado, las ideas no fluyen, y el tiempo parece estirarse sin fin.
¿Por qué es importante la energía en las reuniones?
La energía es el “ambiente invisible” que guía:
- La participación: Las personas son más propensas a compartir ideas cuando el ambiente es positivo y dinámico.
- La creatividad: Las mentes necesitan un entorno estimulante para conectar puntos y generar soluciones novedosas.
- La productividad: Reuniones con energía equilibrada tienden a ser más efectivas y centradas.
Pero aquí está la buena noticia: ¡la energía se puede gestionar!
Estos pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia:
- Pausas estratégicas:
Incluye momentos breves de descanso, especialmente en reuniones largas, para que los participantes recarguen energía. - Actividades de conexión:
Comienza con un check-in inicial: una ronda rápida donde los participantes comparten su estado o expectativa. Esto no solo rompe el hielo, sino que alinea al grupo. - Movimiento físico:
Introduce dinámicas de estiramiento o respiración profunda. Si es necesario, propón una actividad breve que provoque risas, como un juego rápido. - Gestiona las emociones del grupo:
- Ajusta el tono y la energía según el propósito de la reunión:
- Resolución de problemas tácticos: Energía enfocada e intensa.
- Revisión de desempeño: Clima calmado y objetivo.
- Estrategias creativas: Un ambiente curioso y optimista.
- Reuniones motivacionales: Energía alta y positiva.
Tomarse el tiempo para evaluar la energía y la dinámica de las reuniones puede transformar la forma en que colaboramos. Al final del día, no se trata solo de lo que hacemos, sino de cómo lo hacemos juntos.